23 febrero 2006

vacaciones

¡Cuánta falta me hacen! Esta siendo duro este nuevo año y ya llevamos dos meses sin que se relaje el 2006. Necesito vacaciones aunque no sé si estas servirán para desconectar de todo lo que me ocupa y preocupa.
Es año de oposiciones y a esto se suma la semanita que hemos pasado con el inspector que amenaza con volver en mayo, cuando más a gusto estemos con nuestros temarios de oposición -¿Por qué a los de matemáticas no les dio tanta caña?- y cuando menos ganas tengamos: a mi se me quitaron después de esta semana.
El año de oposiciones se complica con mis planes de futuro. Elegir nuevo destino me trajo de cabeza el año pasado y este año ya empieza a preocuparme, y nunca mejor dicho. ¿Un futuro cerca de Él o lo podremos llevar con cierta distancia? ¿Sabe Él lo que quiere? ¿Le estoy poniendo en un compromiso como me dijo? si fuera así ¿aceptará el compromiso algún día? Me conformaría con saber si lo hará con el tiempo para saber a qué atenerme. Él lo tiene más fácil: ya tiene un futuro, ya sabe a qué atenerse, no tiene que elegir nada... y si tuviera que elegir...
El año de oposiciones está siendo también el año de las desapariciones, de las pérdidas: la gente ha decidido tomar distancia y se lo ha tomado en serio. ¡ Como Él haga lo mismo no sé si aprobaré las oposiciones!
Barcelona, ayúdame.

18 febrero 2006

la burra en la que se sube la Rubia

"Mis amigos tenían que haberme dado la razón, tenían que haberme apoyado y heberme dicho que pensaban lo mismo que yo, pero no lo han hecho, no han querido hablar conmigo de ello"
"Quiero que mis amigos me digan si tengo razón o no, y si no la tengo quiero que me lo digan y me hagan ver lo que ellos ven"
"Para hablar del tiempo o de mis alumnos ya tengo gente, no necesito a mis amigos..."

17 febrero 2006

un día feliz

Después de que Dani Hunting propusiera que pensara en cómo sería el día perfecto he pensado en ello los ratos que me ha dejado el inspector -un tio aburridisimo que no sabe muy bien de lo que habla- y no encuen tro una respuesta total, entendiendo esta como que el día entero tenga que ser perfecto.
Desde luego, después de esta semana de acoso y derribo, el día perfecto tiene que ser un día de fiesta, sin trabajar, descansando. Y, por supuesto, cada día que pasa estoy más convencido de la compañía que quiero.
A partir de aquí me vale casi cualquier cosa de aquellas que me resultan agradables y que ya hemos expresado aquí. El placer de cualquiera de mis sentidos es mi placer y, por lo tanto, con cualquiera de esas cosas sería feliz cualquier día.
Ayer fue un día feliz -a pesar del inspector- aunque Él tuviera que marcharse.
Se fue con una sonrisa. Sonreía porque le hablé de futuro. Sonreía nervioso. No esperaba aquello pero le hablé. Lo deseaba hacía tiempo y tenía miedo de que no reaccionara bien. Es posible que, cuando se le pasen esos nervios, la sonrisa se le borre. Pero se lo dije, y sonrió.
Luego me dijo que me quería, y me besó para despedirse como no lo había hecho antes.
¿Crees, Dani, que es suficiente para ser feliz? Cuál sería el día perfecto para ti Pluis?

09 febrero 2006

lo que adoran los sentidos

Después de los detestables le prometí a Pluis, y le anuncié a Dani Hunting, que los retaría con algo más, algo que se me ocurría en el momento de los detestables. No gustándome el planteamiento que hacía Pluis de odiar las cosas, pensé que tendríamos que hablar de lo que nos gusta, y pensando en ello lo asocié a los sentidos.
¿Qué es lo que más les gusta a nuestros sentidos?
A mi gusto le gusta el vino, el buen vino, sin menospreciar el blanco o el tinto, el joven o la reserva... y no puedo dejarlo solo. El vino tiene que verse bien elegante en su copa de cristal transparente en donde se retengan esos aromas suyos, y a través de donde se puedan ver los destellos de luz tamizada por los tonos dorados o rojos; sujetarlos por el estilizado pie de la copa y saborarlo junto a cosas sencillas: tortilla de patatas, jamón serrano o de pata negra, anchoas saladas con tomate...
A mi olfato le gusta el olor a campoo tras la lluvia, el olor de la tierra mojada, el ozono desprendido, la hierba fresca, las flores... el aire puro.
Al oido le encanta una voz grave... pero tonos aparte quiere oir cosas bonitas, quiere oir pensamientos firmes, sinceros, pensamientos de progreso -social y también personal, sobre todo personal-, quiere oir ideas de caminar hacia delante y de querer hacerlo.
A la vista le gusta todo aquello que resulte elegante: las proporciones, las combinaciones de colores, las estructuras bien sentadas. Un cuerpo bien proporcionado sin necesidad de ser perfecto, un rostro bien formado que deje traslucir estructuras mentales bien forjadas, una mirada del color que sea pero que brille.
El tacto se muere por una caricia, por muchas caricias, y entre ellas los dedos de unas manos jugando entre los dedos de mis pies, rozando mi empeine, acariciando mis gemelos...
Quiero una tarde con Él en el campo, con una botella, un rico bocado, acariciándome los pies descalzos y oyendo lo que quiero oir, y sabiendo que Él también lo piensa.