¡Qué difícil es hacer un regalo! No encuentro nada que me guste, que se ajuste también a los gustos del homenajeado. Me resulta complicado encontrar algo incluso para mi, no sé qué regalarme, ni sé que pueden regalarme en casa -me han preguntado y no he sabido responder- ni nada de nada. Estoy torpe.
Y es el peor momento para estar torpe con los regalos: mi cumpleaños, el de B-ya se encarga A-, el de H -de este no se encarga A-, el de mi sobrino -que aun no tuvo regalo-, y otro para un amigo que nos recibió en su casa.
Este intercambio de regalos, además, va a ser un laberinto.
1 comentario:
e, claro, non che gustan os labirintos.
Publicar un comentario