La bestia que se queda muda ¿es que no tiene nada que decir?
Cuando comenzó la edición de esta bitácora, la intención primera era la de dar cuenta de cuantas bestias pasaran por delante de un servidor: Fisiologus. No quería hablar de mi porque me avergüenza. Pero en el momento en que uno habla de las demás bestias, se expone a sí mismo inevitablemente.
A pesar de no querer hablar de mi, lo he hecho en alguna ocasión, sin importarme el exhibicionismo que esto supone, y sabiendo que tal exhibicionismo no es tanto. Esta bitácora es discreta y su popularidad limitadísima. Pero cuando la he dado a conocer ha sido de manera muy consciente y creo que solo la conoce quien yo he querido que tuviera conocimiento de ella -salvo excepciones que no descarto-.
No sé si habré llegado a la conclusión de que todas las bestias son la misma. Si releyera -como muchas veces he hecho- mis propios textos, creo que no cambiaría sustancialmente ninguno. Pero hoy no encuentro nuevas bestias de las que hablar sin reconocer en ellas las que ya he descrito en esta bitácora. No sé, entonces, si ya he terminado mi bestiario. Y cuando me di cuenta de ello, pensé que no pasaba nada, pero no es cierto: me entristece. Estoy siendo consciente en este momento de que me entristece terminarlo.
Quizás la tristeza haya sido una de las causas. Este comienzo de año está siendo torpe en lo sociopersonal -si puedo utilizar o crear el vocablo- y me está agotando. Puede que el agotamiento afecte incluso a lo creativo, y por eso, tal vez, tenga que esperar a recuperar fuerzas.
Fisiologus se queda mudo. Quizás no por mucho tiempo. O quizás hable desde otro prisma. ¿Por qué no empezar a ver las cosas desde otro punto de vista? Pero no lo hago. ¿Qué puedo cambiar para hacerlo? Algunas bestias se quedan mudas por decisión propia. ¿Por qué hay que compartir con el bestiario lo que le pasa a la bestia?
Y al final hablo de mi queriendo hablar de bestias.
1 comentario:
Nunca te averguences de lo que eres. Eres una de las mejores personas que he conocido y esas personas se merecen todo lo mejor. Un besazo.
El indomable Dani Hunting
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