07 abril 2008

250

Casi tres años después, andamos ya por las 250 entradas en esta bitácora que ha paseado lenta un tiempo, corrió veloz en sus inicios y que mantiene su ritmo a ratos, cuando a este que escribe se le ocurre alguna cosa que dejar dicha en ella.
En estas 250 entradas se ha quedado un poco de mi, del que quiero ser, o del que quiero que se vea, porque, aunque intente no mostrarme demasiado, siguen pasando algunos a ver y no puedo evitar que pasen incluso otros de los cuales me escondo. Van siendo cada día más: o quizás distintos. Hubo un tiempo en que me escondí de Él, pero le mostré la parte de mi que desconocía un día y poco después dejó de pasear para evitar tropiezos. Ya no ha vuelto más y le basta con soportarme, supongo que también le basta con quererme. Desde entonces cambió esta bitácora, como ha cambiado cada vez que le ha ocurrido algo a ella o a su editor. Ahora le ocurre que llega a uno de los momentos destacados, pero no sé en qué cambiará: es posible que cambie por nuevas visitas, aunque continuará pues no hay motivo para abandonarla.
Pasan y pasan las cosas, los días, los paseantes, y siguen haciendo camino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas veces sin quererlo nos mostramos un poco como somos al escribir. Imprimimos nuestro sello particular dejando visible, de forma inconsciente, un poco de nosotros.

Un besazo indomable.

Kaplan dijo...

Por pasar pasan los autores de los blogs y no dejan camino, ni sombra dejan. En fin, un placér.