El neogallo cantará en silencio por la mañana y me rozará con sus plumas lentamente, acariciándome la piel con la suavidad de los pelitos de las plumas. Y me hará recordar las sensaciones que mi piel añora desde hace semanas. Será como volver al pueblo y recuperar olores, sabores, texturas... aunque sean sólo unos días.
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