No me acompañas todo el tiempo que yo quiero y quizás por eso deseo tanto que estés conmigo. Pero sé que no es sólo por eso: deseo que estés conmigo porque añoro el reposo que me ofrece tu regazo, porque preferiría experimentar el tacto de tu piel en lugar de recordarlo, porque quiero que sean tus manos las que busquen mi piel en lugar de encontrarla yo, porque me gusta el sabor que creas para los dos mientras me esperas, porque me siento cuidado cuando Tú estás, porque me hablas y echas el silencio de mi casa para instalarte Tú, porque puedo echarte a ti la culpa de lo que pasa y si no tengo que cargarla yo, porque...
Cada día que pasa aprendo a quererte, cada momento del día te recuerdo, cada recuerdo me lleva a los sitios que hemos visitado, cada rato sin ti es una semana muy larga, cada espacio sin ti es un cuarto vacío, cada conversación es intrascendente si no participas, cada película es un rollo si no la cuentas Tú, cada viaje un suplicio si no me acompañas, cada sonido un estruendo o una voz que no escucho, cada...
¡Cuánto bien me haces estando conmigo! ¡Cuánto daño siento cuanto más lejos estamos! ¡Cuánto te echo de menos! ¡Cuánto te quiero!