20 abril 2007

bestia actualizada

Han pasado la convalecencia, las vacaciones, un par de semanas más de trabajo y ha pasado sobre todo el tiempo; mucho tiempo sin pasar por aquí y sin pasar por las bitácoras que frecuento -aunque debiera decir frecuentaba, pues hace más de un mes que no las visito y necesitaré un pequeño esfuerzo para actualizarme: la mia y las de los demás, pero lo haré con gusto-, sin recorrer esta segunda existencia que parece que tengo.
En todo este tiempo he vuelto al trabajo con renovadas fuerzas y me parecía que no lo necesitaba, pero a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta que más que necesitar recuperación lo que necesitaba era recarga, renovación. Y parece que lo he conseguido.
He vuelto a encontrarme con las bestias maestras, las cotidianas, aunque como me las encuentro en otra selva parecen distintas. Sólo hasta que cada una encuentra su rama, su cueva, su madriguera; cuando la tienen y se instalan -nos instalamos- seguimos siendo los mismos prácticamente. Yo estoy renovado, actualizado, pero otros siguen en su línea, conservadores ellos de sus costumbres.
Parecía también que, a la vuelta, encontraría el camino abierto, pero me lo cerraron al día siguiente y no creo que me abran las puertas hasta dentro de un tiempecito: lo que no sé es si estaré dispuesto a cruzar el umbral entonces, soy así de chulo de boquilla pero ya veremos.
Esperaba también algún reencuentro que otro pero no ha ocurrido, aunque sí que me encuentro llegadas nuevas que recibo con agrado. Son llegadas que exigen una actualización mayor que la que traigo, si no mayor al menos de otro calado, más tecnológica, y quien me conoce sabe que la tecnología no es lo mío aunque estoy en el carro -ya se ve-.
De cualquier manera, voy rapidamente a darme una vuelta por las bitácoras para terminar de actualizarme casi del todo.
Bienhallados.

2 comentarios:

X dijo...

Saúdos, xa pensaba que vostede tamén nos deixara.

Anónimo dijo...

Me alegra muchísimo de que el regreso haya sido satisfactorio. A veces cuando nos alejamos de las cosas un tiempo nos da algo de miedo el reencontrarse con ellas. Debe ser el miedo a encontrarlo todo cambiado.

Un besazo indomable.