Recorrer un largo pasillo de nueva construcción tantas veces como haga falta y unas cuantas más para que no falte gente en el camino y para que el pasillo tenga la funcionalidad de la que hace gala. Recorrerlo y evitar al mismo tiempo que nadie más lo recorra, es la función principal de estas bestias profesionalizadas.
Otras bestias profesionalizadas tienen otra función, similar pues también consiste en recorrer esos mismos pasillos, pero con otra finalidad que es la de buscar en cada extremo del pasillo algún documento con el que contribuir a la deforestación mundial, cuantos más mejor. Y ofrecerlos como fruta madura cuando no son más que amargas piezas que sólo sirven en el mejor de los casos como extrañas muestras de frutas deformes, enormes, de las que salen en televisión como extraños sucesos de la naturaleza.
Son bestias trabajadoras en grado sumo, pero cuyo trabajo no da fruto sabroso. Su fruta es amarga al paladar del resto de corredores de pasillos. Ellos no dejarán en ningún momento de ofrecer su amarga fruta y cuando la hayas probado y descubierto su verdadero amargor, te ofrecerán un azucarillo para endulzarlo o suavizarlo, pero nunca serán capaces de ofrecer un fruto dulce, sabroso, pero sobre todo, bien maduro. No hay fruta madura en la despensa de estas bestias profesionalizadas y trabajadoras.
3 comentarios:
y quizá, después de todo, no les gusta su pasillo
me viene a la cabeza la imagen de las hormigas jardineras transportando los pedazos de hojas
É que eu pérdome.... síntoo... :-(
( e non nos corredores precisamente)
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