Cree el ladrón que somos de la misma condición y me recuerda a la vez que estoy buscando un camino igual que lo busca él. Lo sigo buscando y estos días he dado algunos pasitos pero sin mirar muy bien donde piso, sin preocuparme del estado del camino, como si tuviera que seguir caminando sin más. Y así es, tengo que seguir caminando y dando pasos, solo que ahora voy más despacio, más despreocupado... siguiendo sólo la vereda más fácil, la que no tiene abrojos ni maleza, la que está limpia. Por eso no miro mucho donde piso, porque creo que no corro peligro de tropezar.
Ya veremos.
1 comentario:
Non tema, se tropeza a herba será un leito brando e feliz :)
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