Las neovacaciones se han terminado aunque sigo de vacaciones -ya sé: que qué suerte tenemos los maestros pero, haber estudiao- y durante las primeras he divisado un neobestiario nuevo -valga la redundancia- que describo someramente:
1. la mamá con móvil: señora joven casada con un niño y embarazada de otro que, cansada del trajín diario que da una nena en casa, decide dejar que se encargue ahora de la nena el papá par que ella pueda dedicarse a charlar por móvil con todo el que se deje.
2. el negro con bolsos: ciudadano del mundo que proviene del África más profunda y que viene en busca de pan para los suyos y que sólo encuentra un mercado extraño en el que parece que uno de ellos manda mientras otros sufren el calor del sol y del peso de los bolsos que vende. Su esperanza primera: que un cruce de miradas se convierta en una compra.
3. la china con fotocopia: como si fuera una turista japonesa se te acerca sin que ni siquiera cruces con ella una mirada, te ofrece una fotocapia que no miras, y te farfulla algo incomprensible, que sólo terminas de entender despues de que se dirija a ti por enésima vez: ¿masaje?
4. el joven buscador: ha debido de llegar a la playa a las nueve de la mañana -son las diez y ya está allí-, y debe de llevar haciéndolo desde el mes de abril -no conseguiré su bronceado en mi vida- y pasea por la playa de un sitio a otro, cambia sus cosas de sitio varias veces, se viste y se desviste sin criterio aparente, y parece buscar...
5. la divina estrecha: viene acompañada de las dunas por un fornido joven con ganas, pero ha decidido llevarle a la playa para que lo vean y para explicarle allí que él no folla en la playa porque le da asco la arena, que puede que a la tarde sí, pero que él no hace la primera llamada porque no sabe si va a molestar... le suelta un rollo divino sobre la decoración de su casa -ceniceros de Versace y todo-, sobre el tamaño de su ropero, y sobre su novio, que ellos son una pareja abierta y por eso se pasea por las dunas de Cabopino.
6. las maricas extranjeras: van llegando poco a poco, se buscan, se instalan todas juntas, con sus butacas, sus toallas, sus neveras, sus bolsas con cremas, sus sudokus, sus revistas, sus libros, sus sombrillas, sus esteras... todo lo necesario para pasar un día de playa tan ricamente.
Y algunos más, pero ahora no caigo.
5 comentarios:
Pois que mágoa :-(
A cousa ía ben :-)
Tanto estrés en la playa... cómo se me nota que soy de interior... Saludos.
Yo he descubierto otra neobestia: el viejo que va chillando a los cuatro vientos que lleva bebida fresca... en medio de una playa nudista, con preeminencia de afluencia gay.
vaya, pues a ese no lo había visto yo, sr skyzos. agradezco la aportación.
ese que dice skyzos lo conocí en valencia pero no era un viejo era una vieja que decía 'fantas, cocacolas, cervezas, tambien sus hago bocataaaaaaaaaaas...'
Iba con sus cestica y nevera portatil chacleteando por toda la playa nudista mientras las maricas levantaban sus cabezas e interrumpían sus mamadas...
Te tenía abandonado, lo siento :(
Besos
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