Ahora sí que se puede tomar esto como un descanso. A veces se intenta descansar y no es posible, pues ni los sueños son relajados, aun sin ser pesadillas. El sueño dura ratos y el descanso va por etapas. De noche, el cuerpo se relaja pero la mente recorre los pasos del día; de día, el cuerpo busca relajo en los ratos en los que la mente pide a gritos un descanso.
El sol, el aire en suave movimiento, el mar al compas del viento, el sonido de las olas al descansar ayudan al cuerpo y a la mente a descansar un rato para retomar la actividad un poco después.
Ahora, se cambia el sonido del mar, por las charletas de los niños, la compañía de Él por la de los míos, el falso descanso del mar por el de la montaña. Ahora sí que se puede tomar por descanso, y no es gracias a la montaña ni por la culpa del mar.
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