Desesperarse por la soledad es lo peor que uno puede hacer. Al menos me lo parece. No tengo la sensación de haber sentido esa soledad aunque si cierta desesperación. No es muy recomendable instalarse en ella. Ni en la desesperación ni en la soledad.
Cuando he sentido la soledad he buscado compañía y cuando la desesperación atacaba he buscado compañía.
No sé si es esa la solución, cada uno busca las suyas. Y hay quien en la desesperación, se aisla en su soledad. También es cómodo y puede resultar fructifero, ¿por qué no? En soledad se medita, se expresa uno en si mismo, pero... no sé... ¿Cómo le fue a Hamlet? Y buscar acomodo en la compañía puede resultar también agradable; es agradable ciertamente siempre que la compañía es adecuada. Lo que ocurre es que en casos de desesperación no suele encontrarse. No sé si a Don Quijote le fue bien con Sancho, o mejor dicho a Sancho con Don Quijote.
¿Seré buena compañía? No sé si tendré que plantearme dejar de serlo: convertirme en Sancho no me apetece nada. Pero bueno, tampoco me incomoda, me siento bien.
Espero que mis Sanchos también se hayan sentido bien. Ya sé que algunos sí. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario