28 octubre 2007

camino lento

Poco a poco los nuevos horizontes se van abriendo dando pasos a otros rumbos. Nuevas imágenes y nuevas presencias, nuevas ventanas abiertas al exterior en nuevas casas, en nuevos relatos contados de manera distinta.
La bitácora cobra nuevos bríos, ahora más lentos, porque camina acompañada. Y la compañía da conversación y ralentiza el paso. Pero una u otra tendrán algo que contar siempre. A veces en la línea del pasado, a veces enfrentándose al futuro.
Esto sigue, lentamente, pero sigue.

16 octubre 2007

bestias que perdí (III)

Fue de las primeras bestias que perdí y también la fui perdiendo poco a poco, como todas, aunque parezca que se marchan de repente. Era quien podría haberse convertido en ese amigo de la infancia que he empezado a echar de menos en esta madurez, y que quizás me merzca no tener por no haberlo querido tener en su momento.
Yo lo perdí porque ya no lo tengo, pero también él me perdió a mi porque quiso dar el salto a otros caminos, quiso buscar otras bestias, y me fue apartando así de su lado al mismo tiempo que yo también fui buscando otras rutas y otros compañeros de viaje para suplir probablemente su ausencia.
Hoy no lo echaré de menos a él pero estoy seguro que echo de menos lo que representaba o lo que podría haber representado porque, pase lo que pase, será quien más se ha acercado a la idea de lo que hoy busco.
Hoy sospecho que ha debido de pasarle algo por el aspecto con el que lo encontré la última vez, haciendo marcha como si no pudiera correr y con un aspècto bastante avejentado para tener la misma edad que yo. Pero no sé nada de él hoy, ni sé si algún día sabré algo. Sólo sé que lo perdí como ha perdido a muchas otras.

05 octubre 2007

bestias soñadoras

Tienen grandes sueños. Disfrutan contándoles a las demás bestias aquello que sueñan. Sueñan con dar la vuelta al mundo, sueñan con grandes proyectos, sueñan alcanzan sus sueños. Las bestias sueñan -como Él- con subir en globo. Y soñando nos muestran a los demás lo incompletos que estamos sin esos sueños.
Paseo por mis sueños y sólo encuentro mis deseos de hacerme sedentario y abandonar este camino que ahora está detenido. Y encuentro que el mío tiene poco que ver con viajar en globo o dar la vuelta al mundo o pasar unas vacaciones en la luna. Tampoco tiene mucho que ver con querer ser escritor o astronauta, sueños más propios quizás de otra edad.
Pero los sueños, ¿tendrán edad? La tengan o no no se me ocurre otro sueño que no sea el mío, sin necesidad de levantar los pies del suelo.

01 octubre 2007

bestias que perdí (II)

La última que he perdido se fue marchando en silencio, sin decir esta boca es mía, y dando por sentado que nos equivocábamos sin darnos oportunidad de explicarnos, sin explicarse ella tampoco, sin entendernos de ninguna manera. Hubo oportunidad de hacerlo durante mucho tiempo, pero para ella no era el momento y se le respetó durante largo tiempo hasta que llegó el momento en que era necesario hacer algo para evitar lo inevitable. Y cuando se hizo, fue inevitable dejar en la cuneta todo el camino recorrido.
Después de años y años, después de largos encuentros, después de habernos cambiado la forma de ver la vida, o quizás de haberla cambiado juntos y -lo peor- después de haber creído que no se acabaría así, ni siquiera que se acabaría.
Ha sido la última pero ya me habían avisado muchas veces anteriormente.