31 diciembre 2008

2008

Fue bonito mientras duró, pero se acaba. Quiero volver a empezar y repetir el éxito. De estas dos, sólo una cosa está asegurada: que vuelve a empezar. El éxito resultará del devenir de los días, del paso de los momentos: tensa espera hasta resolver destinos, nuevo curso que es como partir el año, momentos con Él -muchos, por favor- y repaso final.
Feliz 2009

28 diciembre 2008

cena

El agua caliente te cae sobre el cuerpo y resbala el jabón por tu piel como aparece tranquila en tu mente la imagen de tu mesa puesta en el salón, adornada para la cena, con esos candelabros nuevos tan estilizados; disfrutas la temperatura del agua y el olor del jabón pensando en los de la crema, que se mantiene caliente a fuego lento, y el asado en el horno; dejas caer el vestido sobre tus hombros y cuando te pones los pendientes suena el timbre.
Ya han llegado: tu cuñada trae un centro de mesa enorme y viene dispuesta a prepararte unos aperitivos buenísimos que tendrá que servir encima de las flores.
Ya te relajarás de nuevo cuando duermas.

24 diciembre 2008

nochebuena

El silencio de la casa le empuja a la calle: bufanda, abrigo, guantes... la calle bulle de gente comprando lo último que creen necesitar, miradas furtivas de sorpresa, de admiración, alguna de deseo. En los bolsillos las llaves y las manos enguantadas por el frío; de la muñeca cuelga la bolsa del pan con una barra y el periódico del día. Un vino blanco a solas en el bar de la esquina que se traspasa por la crisis, unas tapas de queso manchego rellenan el hueco que va abriendo el vino y la camarera rellena el silencio con los 40 principales.
Ya en casa, más silencio, el mismo de antes, un filete en la plancha, un tomate en un bol y un vaso de agua. La tele rompe ahora el silencio y la soledad.
Feliz Navidad.

14 diciembre 2008

guardia de noche

Al abrir la puerta esa mañana, el propio desorden ordenaba lo sucedido la noche anterior: en el fregadero de la cocina dos platos, dos vasos y dos cubiertos; en el salón dos copas con el fondo de licor aguado y un cenicero con colillas; en el pasillo la ropa marcando el camino hacia el dormitorio; allí la puerta cerrada parecía burlarse de mi, pues dentro ya no había nada que esconder. Yo estaba fuera y ellos dentro.

13 diciembre 2008

tarde

Entre las líneas de la novela que leía, se deslizaba el aroma del café y de los bollos de aquel bar desde cuyo ventanal la vió pasar casi a la carrera. Fue lo único que hizo que levantara la vista del libro y diera un sorbo a la taza del café pensando que sería ella la mujer con la que había quedado diez minutos más tarde, hasta que comprobó que había pasado diez minutos pensando en eso.