29 septiembre 2005

bestias de guardia

Las bestias maestras somos maestros también en el arte del escaqueo.
Aprovechando el caos generado por los exámenes extraordinarios de septiembre en la organización de los centros en el inicio del curso, hemos decidido escaquearnos de guardias de biblioteca -yo no lo hago, aprovecho para navegar por la red-, pasar de las de los recreos -estas se obvian prácticamente todo el curso- y no nos saltamos las de aula porque son más indiscretas...
No sé, por otra parte, si es que no somos un poco bobos. Como no nos conocemos mucho en los primeros días del curso, nos cuesta preguntar las cosas: ¿Quién está de guardia? ¿Quién toma un café?... Lo de las guardias es mejor no preguntarlo si o que pretendes es escaquearte, pero lo del café... por no tomarlo solo pagaría. Aunque prefiero vocear en la sala de profesores para buscar compañía en la cafetería.
Las gusrdias de la cafetería no me las pierdo tampoco, yo las hago todas.

28 septiembre 2005

bestia ladrona

No sé qué es lo que me pasa pero cuando llego a un sitio nuevo siento mucha curiosidad por todo lo que allí se encuentre y siento ganas de tenerlo. Soy, por ejemplo, de los que cotillea en el baño de las casas que visito, simple curiosidad, y luego ni siquiera recuerdo lo que hay, pero miro.
Cuando llego a un nuevo destino también miro lo que allí hay y busco y rebusco entre los libros, los cuadernos, los cajones, los armarios, y todos aquellos rincones susceptibles de ser revisados... Siempre me llevo algo interesante a casa: algún libro.
Y en los hoteles siento grandes deseos de traerme las cerillas, el cenicero -no fumo-, el bolígrafo, las toallas. Este fin de semana he arrasado en el NH.
No puedo evitarlo a pesar de las recomendaciones de mi primo que me avisa del infierno y del pecado cometido. En fin, lo hice.

22 septiembre 2005

fin del letargo

Instalado, con casi todas mis cosas en mi nueva casa, recuperando algunos momentos de hace un tiempo, intentando encontrarme con la gente de entonces, descolocado aún... como veo descolocadas a dos compañeras que se encuentran ahora en la misma tesitura que yo hace unos días: ¿qué hacer en un momento de cambio tan brusco? ¿cómo hacerlo bien sin tiempo para pensarlo?
Una vez pasado el mal trago, descubro que al final todo sale meridianamente bien, pero dudo que a todo el mundo le salga de la misma manera. Me cuesta darle su protagonismo a la suerte porque no sé lo que es, pero tampoco sé quién es el protagonista del éxito de estas crisis personales que no sólo a mi me afectan.
Hay quien se encuentra instalado y descubre que no ha elegido el mejor sitio por haber dado cabida a cierta precipitación. Hay otros que se encuentran con que, a pesar de haberlo preparado con premeditación y alevosía,sus planes no salen como tenía previstos -en estos casos me alegro en cierta forma, habría supuesto perjuicio para otros inocentes. Hay a quien le ofrecen un destino definitivo, se instala, y luego tal destino no existe. Hay quien se encuentra un destino inesperado y, cuando ya se ha mentalizado de lo que va a ser su vida durante un año, se encuentra con un cambio de planes forzoso.
Somos las miles de bestias maestras que en estas fechas despertamos del letargo veraniego.

17 septiembre 2005

nos vemos

La bestia malqueda es otra de las que habitan esta jungla y de todas, una de las más feas.
Acostumbran a asegurar y confirmar su presencia en cualquier sitio al que no pueden acudir ni quieren. Te citan un poco antes para que no llegues demasiado tarde y te hacen esperar. Juran y perjuran que llamarán incluso sin saber el número de teléfono. Niegan llegar tarde a los sitios; niegan incluso haber quedado si olvidan una cita; y aun peor, tergiversan sus propias palabras para justificar el olvido.
Es la bestia del "nos vemos", del "hasta luego", frases indefinidas, indeterminadas, que se dicen cuando el encuentro es casual, pero que no tienen mucho sentido antes de una cita definida y determinada.
¡Qué paciencia!

16 septiembre 2005

bestia...

Entre todas las bestias destacamos hoy la bestia olvidadiza, o la bestia desconsiderada, o la bestia desagradecida, o la bestia abducida, o la bestia enajenada, o la bestia despersonalizada... Todos son sinónimos aunque parezca increíble.
¿Habrá olvidado que nos conocemos desde hace media vida? ¿No tendrá valor el haber pasado juntos tanto tiempo y tantas cosas? ¿Estará sufriendo un lavado de cerebro o será víctima de una locura transitoria? ¿No habrá visto que hemos estado ahí todo el tiempo? ¿Le habrán hecho pensar que estábamos en otro sitio? ... No voy a seguir con la interrogación retórica.
¿Será vergüenza lo que tiene como aventuraba F ayer por teléfono? Si fuera eso no entiendo de qué tiene vergüenza, y estoy seguro de que en ese caso sabría que no tiene razón para sentirla.
Habrá que dejar pasar el tiempo, pero el tiempo no cura nada. Y puede llegar a ocurrir que lo deje peor. Pero dejaremos pasar el tiempo.

13 septiembre 2005

entre

Parece la preposición del año. Vuelvo a mi nuevo destino -lo he escrito así a propósito: es mi nuevo destino, pero vuelvo- y me encuentro cambios, lógicamente. Es mi antiguo destino el pueblo, y lo reconozco tal cual era; no lo es mi nuevo instituto porque en el pueblo hay dos y me adjudicaron el otro. Me disgustó un poco no volver al de antes, pero me encuentro que quizás sea lo mejor porque las cosas cambiaron.
Es muy probable que tenga que nadar entre dos aguas, que tenga que quedarme entre Pinto y Valdemoro, que me tengan entre la espada y la pared. Ya lo dije: es la preposición del año.
Yo me fui y dejé el pueblo y el instituto tal cual lo recordaba, pero mis bestias maestras amigas se encargaron de modificarlo según les convino sin saber si a mi me gustaría a la vuelta o no. No me gusta. Lo cambiaron demasiado y mal, pero ellos fueron los que lo cuidaron durante este tiempo. Ahora yo puedo arreglarlo, o aguantarme como está. Pero tengo también otras preocupaciones, no puedo con todo y en este caso no quiero. Dejaré que las cosas transcurran. Yo haré como si no fueran conmigo, de hecho no tienen nada que ver conmigo.
Afortunadamente mi destino está en el otro instituto. Podré ausentarme de rencillas, desapegos, enfados, malas caras y, en cambio, presenciar encuentros, buenas migas, quizás falsedad... las bestias maestras somos unos personajes. Ya lo dije.

11 septiembre 2005

recuerdo 11 de septiembre de 2001

Aquel día comenzaba a cambiar mi vida y no imaginaba que fuera a cambiar tanto en tan poco tiempo. Comenzaba una nueva etapa y eso se iba a circunscribir en un contexto nuevo para todo el mundo.
En mi caso ha sido bueno, muy bueno. En el caso del mundo también, pero hemos pagado un alto precio: demasiadas pérdidas, demasiada guerra, demasiado terror...
Mi recuerdo.

09 septiembre 2005

las bestias de la administración

Ahora se encargan de mi las bestias de la administración. Y deciden tenerme una semana pensando que organizaré mi vida cerca de casa, fuera de preocupaciones con mi economía, con mi familia, un poco lejos de Él pero con muchas posibilidades de verlo... y una semana después volvemos al cambio de planes al que no termino de acostumbrarme. Ahora a buscar nueva casa, a buscar nuevas formas de encuentro, a reorganizar mi economía...
En esa semana me había hecho a la idea de quedarme en casa y escaparme cada cuantos días para verlo, me había hecho a la idea de tener que organizarme yo solo, me había convencido de que era lo mejor. Ahora tengo que buscar el lado positivo a esta nueva situación. Y lo tiene. Ya se lo había encontrado antes de que las bestias de la administración dieran su veredicto. Era la idea que yo tenía antes de sorprenderme con mi destino provisional. Pero me hicieron cambiar el chip, y ahora que lo había cambiado, vuelta a cambiarlo.
Me marcho fuera de nuevo. No es un sitio extraño, ya lo conozco. Hay gente a quien conozco también y eso me alegra mucho. No conozco el centro de destino, pero es lo de menos: ahora los chavales parecen cortados casi con patrón. Intentaré estar bien. Espero estar bien.

04 septiembre 2005

bestias cartesianas

Pasa el tiempo y no suena el teléfono ni la señal de ningún mensaje; ciento cincuenta caracteres son pocos para expresarse bien en uno de esos mensajes; un mal día lo tiene cualquiera y una respuesta inadecuada puede ser protagonista de ese día; una cita en la calle se anula por teléfono, pero ¿cómo se anula una cibercita? ¿por mail? la mayoría de las veces no se anula, se convierte en plantón; un gesto de alguna bestia por la picadura de un mosquito se convierte en un desprecio...
Nunca sé que significan estas cosas y otras parecidas pero me imagino sus significados y me salen miles de respuestas en algunos casos. A veces también le doy vueltas al significado de algunos de mis gestos y acciones hacia las demás bestias y también encuentro esa cantidad ingente de interpretaciones que los demás pueden hacer. Vueltas y más vueltas a una misma cosa para que al final surjan las dudas. Dudas a propósito del cariño, del respeto, de cualquiera de los sentimientos que se tienen entre ellas las distintas bestias.
Pero habrá bestias que se planteen esto de manera distinta y no vean más que uno de los signficados sin dar tiempo a que aparezcan los demás. O se analizarán todos los significados y se escogerá uno -no sé si al azar o previa meditación- que decide el futuro de la relación entre las bestias. Prefiero descubrir todos los posibles significados y luego esperar para ver cuál es el que protagoniza cada uno de esos gestos y acciones.
Entre tanto mil dudas que he aprendido a soportar, a manejar para que no me manejen a mi ni me obliguen a buscar un solo significado para gestos y acciones ajenos. Mil dudas que se hacen duras de llevar a veces, depende de quien provengan gestos y acciones.
Se recurre a lo de que el tiempo todo lo cura pero no sé si es del todo cierto: hay un tiempo perdido, desaprovechado; a veces las dudas germinan durante demasiado tiempo. En definitiva, el tiempo hace su papel alojando esas dudas pero no las soluciona ni las cura. Somos las bestias cartesianas las que las solucionamos.

02 septiembre 2005

vuelta

Vuelta al reencuentro con las bestias aprendices y con las bestias maestras. Bestias futuras y bestias presentes. De aquellas nada, de estas poco a poco irán saliendo algunas reseñas en el neobestiario. Son bestias curiosas.
Mañana de saludos, besos, apretones de manos, fingidas enhorabuenas, sinceras felicitaciones, regocijos por el reencuentro, indiferencias...
Vuelta a la rutina pero dentro de poco en otro lugar. Septiembre... siempre lo mismo, pero cada año tan distinto.