01 noviembre 2008

pasa la vida

Como mi sobrino se despierta pensando en inglés y no quería dejar de entenderlo, me matriculé en inglés después de haberlo pensado tantas veces; como mi aparato fonador ha sufrido tanto en este tiempo y no ha tenido oportunidad de ser atendido; como mis cervicales se han ido tensando tanto en el mismo tiempo y casi por la misma causa sin haber podido relajarlas como se merecían; como llevaba tanto tiempo sin ver a mi dentista; como llevaba tanto tiempo sin darme una paliza de trabajar; como llevaba tanto tiempo esperando asistir a ese curso que sólo los elegidos hacen; como no he tenido nunca tiempo de hacer nada ahora lo hago: voy a clase de inglés, voy al logopeda, al fisioterapeuta, corrijo textos absurdos de mis alumnos que luego ganan concursos, hago cursillos de formación que me resbalan. Y no encuentro el momento ni la inspiración de escribir nada aquí como lo he hecho durante tanto tiempo.
No me he decidido a cerrar la bitácora porque no creo que haya que hacerlo por si cualquier día como hoy le apetece a uno escribir algo, lo que sea, y porque considero que algunas cosas se cierran solas sin necesidad de hacerlo a golpes. Cualquier día puede ser el último de una manera inconsciente, o el que conscientemente es el final se convierte de repente en vísperas de otro.
Mientras tanto he recurrido a los famosos, aunque poco exitosos memes, y he leído también la bitácoras de los que me han dejado leer, de los que han escrito pensando en mi, de los que escriben para entretener, de algunos como yo que dejan aquí algunas impresiones, ideas, asuntos, sucesos... para que los demás los leamos sin más independientemente de que hayan pensado en mi, de que entretengan o de que dejen aquí sus ideas o las de cualquier otro.
Lo que ocurre es que hay cosas que se resisten a dejarse morir y esta debe de ser una de ellas. Y me obliga a venir aquí a diario a ver si alguien ha querido decirme algo, algún viejo conocido o alguno nuevo por conocer. Y no se deja morir porque el flujo del pensamiento me lleva en multitud de ocasiones a caer en la cuenta de algo que cabe en este lugar aunque luego el tiempo no me permita traerlo, y cuando puedo venir a traerlo, el pensamiento me lleva por otros derroteros y no me deja escribirlo aquí.
Así pasan los días de esta bitácora y de este navegante, que sigue mirando el mar de retratos, bestias, objetos, momentos, caminos y rutas por las que transitar, que sigue mirandole a sus ojos morenos sin que Él se de cuenta de lo que le gustan.
Así pasa la vida aunque no se cuente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por falta de inspiración o de cosas de contar no has de pensar en cerrar la bitácora. La inspiración viene por si sola, no hay que buscarla, ya vendrá. Verás que siempre surge la oportunidad de escribir y algo de lo que poder hablar. Además, si cierras que va a ser de este joven padaan sin su maestro y mentor???

Un besazo indomable.

Anónimo dijo...

Padawan, perdón.

X dijo...

Desde logo, que gustazo dá lelo!
Iso si, un nada que se despista unha e xa anda vostede con desvaríos.