20 septiembre 2006

destinados

Entre las bestias maestras hay cada personaje..., con cada historia..., con unas cosas...
La primera vez que compartí con ellas -cuando me convertí en bestia maestra- tuve suerte y encontré un grupo de bestias bastante agradable. Cualquiera que sepa lo que es esto ya puede imaginar que todo esto se fue al garete con el transcurso del tiempo. Al final del curso llegó el momento para unos de convertirse en bestias del estado o continuar siendo puterino. Muy pocos nos alegramos por los afortunados, pero luego estos tuvieron que sufrir -unos más que otros- el látigo del destino.
El destino llegó para estos y ya no pudimos felicitarlos tanto, pero los que no lo hicieron en su momento disfrutaron de las tretas del destino para sus compañeros.
Aquellos que disfrutaron, hoy lloraban... y es que el destino es para todos y juega con todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego es muy cierto que no se contenta quien no quiere.