18 enero 2009

camino sobre un mar de dudas

Cada vez que una llave se cae delante de mis narices me entra un nerviosismo directamente proporcional al ordinal que la llave tiene por lo que voy poniendome más nervioso por momentos. Cualquier noticia absurda que alguien me dé puede causar estragos en mi estabilidad y mi cabeza puede perder el rumbo en según qué zonas de mi cerebro.
En el camino las puertas están mayoritariamente abiertas, pero una rendija abierta en alguna de ellas hace disparar mis elucubraciones y en estos últimos tiempos ya he proyectados vidas distintas en distintos lugares -todas maravillosas, para quienes piensan que soy pesimista- pero todas tan distintas... y tan distantes...
Mi madre, la más inocente de las madres en lo que a su hijo -o sea: yo- se refiere, por mucho que me conozca como hijo suyo que soy, se ha permitido en la comida hacer un comentario tan inocente como ella, pero que puede ser el culpable y detonante de un gran cambio. Pero como es la enésima llave que se me cae delante de las narices...
Estoy en un mar de dudas en medio de un camino seco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

deberias relajarte