21 mayo 2005

medir las palabras

¡Qué fácil es ser amable! ¡Qué sencillo es decir una palabra cariñosa! O hay gente especialmente dotada para ello.
No importa lo que tú les digas, puede ser que lo que tu dices resulte incluso desagradable, pero ellos le dan la vuelta a tus palabras y dejan que salga otra interpretación. Hay poca gente que sea así, pero existen, y se agradece tanto que es incluso difícil de agradecer.
Intento aprender y hago un esfuerzo con todo el mundo; me esfuerzo por comportarme como ellos, los poquitos que conozco. He aprendido a no enfadarme mucho, a tomarme lo que me dicen como una enseñanza, aunque luego no le haga demasiado caso a las enseñanzas -ningún caso- y a pasar por el filtro dos veces las interpretaiones de las palabras de los demás y de los gestos.
A pesar de eso no siempre se entiende; hay quien lo entiende como un desafio, como una desvergüenza, como una burla...
¡Qué difícil es acertar con lo que se dice!

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