Recoge El País de hoy unas palabras de Harold Bloom: "Shakespeare nos enseña a hablar con nosotros mismos, pero no a hablar con el resto de la gente, lo que, en cambio, si es una enseñanza cervantina. Si yo hubiera aprendido a hablar con alguien de forma tan íntima como lo hacen Don Quijote y Sancho Panza, mi vida hubiera sido más bella. En cambio hablar en exceso consigo mismo puede resultar muy peligroso".
Nunca me gustó compartir como lo hacen Don Quijote y Sancho y sí hablar conmigo como hacía Hamlet, pero en los últimos tiempos volví a mis orígenes manchegos con más fuerza y mi vida está siendo más bella. Pero también es cierto que no puedo dejar de ser Hamlet, es inevitable.
Decía Bloom también -y lo recoge El País-: "el caballero y el príncipe van en busca de algo, pero no saben muy bien qué por mucho que digan lo contrario". ¿Qué buscarían? ¿Será lo mismo que "el pianista" sin identidad?
Debe de ser duro no saber nada de uno mismo durante tiempo. ¿Este joven será tipo Hamlet o Quijote?
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