04 junio 2005

Es tan fácil decir que no como decir que sí.
Es fácil pedirle a alguien que no diga que no, pero no nos dejamos convencer cuando nos lo piden a nosotros. Tenemos bien claro cuando hemos de decir que no y cuando debemos decir que sí.
Comparto mucho con quien me dice que no. También lo comparto con quien quiere convencerme de que diga que sí. Y, por supuesto, con quien dice que sí.

No hay comentarios: