grises

No tenía un objetivo claro con esta bitácora, no pensé en dedicarla a nada concreto; quería que las cosas fueran saliendo y se fuera creando sola. Pero sí que es cierto que el nombre que le puse se debe a uno de los posibles objetivos: crear una fisiología de tipos a partir de la gente que conozco y ponerles nombre.
Es imposible hacerlo. Al menos eso creo ahora y eso pensé cuando se me pasó por la cabeza justificar el título de esa forma.
Sí que creo que describo a quienes conozco a través de lo poquito que llevo escrito hasta ahora, y en la mayoría de los casos esas descripciones me sirven para contar aquí lo que me apetece. En esto sí que he cumplido y ha cumplido también la bitácora.
La imposibilidad de crear esos tipos como figuras fijas con características fijas no la descubro yo ahora, ni mucho menos. La historia de la literatura ya se dio cuenta hace muchos años y abandonó los tipos para crear personajes más ajustados a la realidad. ¡Qué pretencioso parezco! Pero no es así, no tengo intención de hacer literatura en esta bitácora.
Sí que tenía intención de ponerles un nombre a cada una de esas bestias que creara esta blog, pero también me resulta imposible. Sería como poner etiquetas a la gente y nunca lo he hecho, nunca me ha gustado que me las pongan, y esa debe ser la razón de que me resulte difícil hacerlo, tanto que me resulta imposible. Cuando lo he hecho (quijotes y hamlets, 17 de mayo de 2005) me he aprovechado de la clasificación que ha hecho otro y eso seguiré haciendo siempre que pueda. Pero no puedo encasillar a mis tipos en esas clasificaciones por que no somos blancos o negros solamente. Entre el blanco y el negro, los grises son infinitos.