14 julio 2005

bestias de la res privada

Tengo la impresión de que me estoy ocupando ahora demasiado de los demás y no me ocupo nada de mi. Yo que siempre he sido el egoista -no lo escribo con mayúsculas no sé por qué- y el que sólo ha pensado en sí mismo y sólo buscaba su propio bienestar y su propia felicidad.
Pero me encuentro rodeado de grandes egoistas, y no puedo reprocharles nada en ningún momento. Sólo puedo reconocer mi agotamiento por su egoismo. Yo también sería egoista en su situación, pero es muy probable que lo fuera de otra manera. Seguro que lo sería de otra manera. Cuando he pensado en mi sólo me he dedicado a eso, no he pensado en nadie más porque todo mi esfuerzo estaba encauzado en mi propia felicidad; por otro lado nunca he requerido la atención insistente de otras personas aunque sabía que me la ofrecerían si se la hubiera pedido. Alguno la ha ofrecido sin pedirla.
Tengo mi felicidad abandonada por buscar la de otros. Otras bestias infelices que me piden que los ayude. Hajor no encuentra su felicidad, que es la misma que yo buscara hace un tiempo y aunque la encontré no sé explicarle cómo ha de buscarla, pero me requiere insistentemente en su búsqueda a pesar de saber que no puedo ayudarle y a pesar de que dice querer prescindir de ayudas inútiles que no le llevan sino a sentirse peor; Fortuna encuentra mi ayuda sin buscarla pero no es exigente, sólo busca ser escuchado; Rubia me busca para culparme de su soledad, de las mentiras de su exmarido, de... yo que sé que me culpa: no sé por qué soy culpable pero me llevé la mayor bronca que nunca me merecí porque su exmarido había pedido un préstamo del que no sabía nada -no lo sabíamos ninguno de los dos y no sé porque yo tendría que saberlo pero ella pensó que sí-, porque no quiero reconocer que su exmarido no lo haya pasado mal y no se haya roto como ella piensa -creo que no es cierto, que su exmarido se rompió en su día cuando no se encontró en la cama con la mujer con la que se casó-, porque no termina de reconocer que quizás sea ella la que no se ha roto todavía como debe romperse -aunque de esto no estoy seguro-, en fin, porque no quiero posicionarme; y Él, que no sabe si quiere un piso o quiere dos, que no sabe si lo quiere con ascensor o sin él, que no sabe si necesita una, dos o tres habitaciones, que no sabe si qiere vivir solo o acompañado, que no sabe si quiere vivir en el centro o en la periferia... y que a pesar de saber que podía pedirme estar a su lado no lo ha hecho, pero ,eso sí, me ha agradecido que lo estuviera.
Bestias que me buscan y bestias que me encuentran. ¿Tendrá razón el Pep y no seré tan egoista? ¿Seguirá pensando el Pep que no soy egoista?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

kerido teo: leo-te desde Dublin: polo que vexo andas estresado, e todo por culpa dos demais. ke tal se tratases con maior convicci'on de non cair no abatemento. se R'ubia 'e quen penso que 'e, 'e normal que actue asi, xa o coment'aramos algunha vez, lembras? en canto a El, falade, falade, falade. e en canto a n'os, espero que porfin en agosto terei internes nas casa e polo tanto poidamos volver 'as nosas tert'ulias. un bikinho dun amigo.

fisiologus dijo...

me gustan los besos de jameson

Anónimo dijo...

gardarei-lle algun, non se preocupe