01 julio 2005

poliedros

Hay algo que no me gusta de mi bitácora. Es algo, además, que no me va a gustar nunca. Creo que ya lo he escrito en algún momento y no creo que vaya a cambiar: es una clasificación y, por tanto, se cataloga a las bestias que conozco, se las etiqueta... No me gusta.
No me gusta porque nos presentamos como queremos presentarnos, las demás bestias nos ven de otra manera distinta, y además seguramente no seremos de ninguna de las dos maneras. Alguien, por lo tanto, se equivoca. Y ese alguien puedo ser yo indudablemente. Y desde luego me equivoco haciendo algo que no me gusta.
Justifico este error mío diciendo que no suelo equivocarme con mis primeras impresiones. Y es, en cierta medida, así, pero he de reconocer que en esas primeras impresiones hay algo que se me escapa. No sé qué es, pero estoy convencido de que se me escapan muchas cosas sobre las bestias que conozco: cosas que no quieren enseñar -aunque se puedan intuir alguna vez-, cosas que yo no veo -por muy listo que me crea-, cosas que confundo -aun siendo listo, me equivoco y así lo estoy reconociendo-, cosas que no me gusta ver -porque no me da la gana-,...
Tenemos muchas caras y algunas no se pueden ver. La luna tiene siempre una cara oculta y porque es redonda. Si se tratara de un poliedro, serían muchas las caras que quedarían ocultas. Tengo la sensación de que las bestias son poliédricas.

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