25 julio 2005

otras bestias egocéntricas

Junto al egoismo del que hablaba hace unos días está también el egocentrismo, propio según dicen de los nacidos bajo el signo de Leo y que en mi caso es cierto. Soy un gran egocéntrico y me encantan las bestias egocéntricas aunque me resten protagonismo.
Los últimos días los he pasado con dos de estas bestias, egocéntricas sin ser leones zodiacales.
Una de las bestias es bella, agradable a los ojos, de las que me gustan de veras... adornada para cualquier ocasión y adornada con un gusto exquisito. Pero una bestia poco egoista, a diferencia mía, atenta a los gestos, palabras, miradas... y silencios de otras bestias.
La otra bestia egocéntrica es menos agradable que la anterior, menos bella, con el mismo adorno pero con menos gusto, una bestia más egoista -parecida a mi, por tanto- pero de un egoismo distinto al mio. Prometo que es distinto, de otra manera me sentiría muy mal.
Pero las dos bestias han sido agradables con mi bestia personal: las dos han admirado a su manera aquello que me gusta que admiren de mi. Me han hecho sentir bien.
Además, Él ha consentido, ha asentido, ha disfrutado, me ha hecho disfrutar. Lo mejor de todo ha sido oir en pocas palabras lo que le pasaba por la cabeza.

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