05 julio 2006

asumo que te quiero (III)

Pero hay muchísimas cosas que sí conozco de ti y que me encantan. Son todos esos gestos, todas esas caricias, esos guiños a los que no sé si he terminado de acostumbrarme. Son esas pequeñas cosas que casi nunca te reconozco porque te pones tan pesado para que lo haga.
Me encanta que te preocupes tanto por cocinarme platos ricos y curiosos aunque luego tenga que decirte a cada cucharada lo bien que lo haces y no pueda disfrutarlos. Me encanta cómo me miras cuando esperas que te diga lo rico que está todo, y lo que te pavoneas cuando te lo digo exagerando mis halagos. Me encanta como te pones regañandome por no ser tan vehemente en esos halagos.
Me gusta tu cara cuando te quedas dormido después de esas largas semanas de trabajo, de vuelta en mi casa, haciendo esfuerzos para recuperar el ritmo de sueños y los horarios que no puedes llevar mientras trabajas. Aguantas el sueño todo lo que puedes pero se te cierran los ojos y duermes de cualquier manera: sentado en el sofá sujetándome las piernas a mi y acariciándome la barriga. Duermes haciéndome feliz. Me gusta cuando te despierto para que te vayas a la cama y me dices que prefieres esperar para coger de nuevo el horario. Me gusta verte dormir.
Agradezco la confianza que has puesto en mi este año pensando que había alguna posibilidad de que aprobara. Te agradezco también que hayas entendido que no necesitaba a nadie recordándome a cada momento que tenía que estudiar. Has hecho lo posible por complacerme en todo momento no insistiendo en que estudiara porque sabías que no me gusta esa insistencia. No has querido molestarme incluso estos últimos días en que tú estabas molesto y enfadado conmigo.
Nunca me imaginé que nadie pudiera preparar un vaso de agua con una pastilla efervescente para que se me pasara un dolor de cabeza. No pensé jamás que alguien pudiera preocuparse por mis dolencias cuidando de ellas como lo has hecho tú en alguna ocasión.
Aunque te ha costado mucho, has sabido adaptarte a mi vida en un pueblo pequeño después de estar acostumbrado a la gran ciudad. Has aceptado aburrirte conmigo dejando de lado la oferta social y cultural de tu casa. Has encontrado compañía, amistad y conversación en mis compañeros y amigos.
Hay tantos gestos que puedo relatar. Hay tantas cosas que me indican que me quieres. Soy tan afortunado por haberte encontrado y por tenerte que no me queda más remedio que asumirlo...
...Asumo que TE QUIERO.